Displasia de Cadera en Perros

¿Qué es la Displasia de Cadera?

La displasia de cadera es una malformación de la articulación coxofemoral en perros. Esta afección, de origen genético, puede verse agravada por otros factores.

En un perro sano, el fémur y la cadera encajan perfectamente, permitiendo una articulación estable. En cambio, en perros con displasia, la cabeza del fémur no se ajusta bien en la cadera, causando inestabilidad, pérdida de movilidad y dolor.

La condición puede empeorar si el perro tiene sobrepeso, ya que el esfuerzo adicional sobre la articulación puede causar lesiones.

Aunque algunas razas pequeñas como el Bulldog Francés, Bulldog Inglés y Carlino pueden sufrir esta enfermedad, la displasia de cadera es más común en razas medianas y grandes como el Pastor Alemán, Rottweiler, Golden Retriever, Labrador, San Bernardo y Dogo. En estas razas, los síntomas pueden aparecer tan pronto como entre los 5 y 6 meses de edad.

Displasia de Cadera en Perros Cachorros

La displasia es una enfermedad del desarrollo que afecta principalmente a perros de crecimiento rápido, especialmente a las razas grandes. También puede afectar codos y hombros.

Factores como la genética, el ejercicio y la alimentación del cachorro pueden contribuir a la aparición de esta enfermedad.

La etapa de cachorro es crucial para reforzar las articulaciones del perro, ya que en aproximadamente 9 meses alcanzan su tamaño adulto y sus articulaciones deben soportar su peso total.

Para prevenir la displasia de cadera desde una edad temprana, se pueden tomar varias medidas para ralentizar el progreso de la enfermedad y proporcionar una buena calidad de vida al perro.

Numerosos estudios sugieren que el uso preventivo de condroprotectores durante el rápido crecimiento de cachorros de razas predispuestas puede aliviar los síntomas y mejorar significativamente su calidad de vida.

Otras medidas incluyen ejercicio moderado y una dieta equilibrada. Evitar saltos y ejercicios de alto impacto durante la etapa de cachorro, además de ofrecer un lugar cálido y cómodo para dormir, es crucial.

Se recomienda un seguimiento regular del estado de las articulaciones durante el primer año de vida del perro, con evaluaciones cada tres meses.

Síntomas de la Displasia de Cadera en Perros y Cachorros

Una vez que se manifiesta la displasia, el cartílago articular se vuelve más rígido, lo que provoca lesiones en las células que lo forman. Como resultado, disminuyen los glicosaminoglicanos y el colágeno, esenciales para la función del cartílago.

Con el avance de la lesión, el cartílago se ablanda y se rompe, afectando a los tejidos circundantes, ligamentos y cápsulas, que se endurecen y pierden movilidad. La membrana sinovial también sufre degeneración e inflamación, causando dolor y pérdida de elasticidad y movimiento.

Detectar los síntomas rápidamente es fundamental para proporcionar el mejor tratamiento posible. Los síntomas más comunes incluyen:

  • Falta de actividad
  • Evitar subir escaleras
  • Renuencia a correr o saltar
  • Cojera
  • Dificultad para levantarse
  • Mal equilibrio
  • Problemas de movilidad en las patas traseras
  • Rigidez en la cadera o patas traseras
  • Dolor en la cadera o pelvis
  • Chasquido de huesos

Estos síntomas pueden ser constantes o intermitentes, y se vuelven más evidentes con el avance de la enfermedad.

Tratamientos para la Displasia de Cadera en Perros

Consultar a un veterinario es esencial para determinar el mejor tratamiento. Aquí presentamos algunas estrategias comunes:

Seguimiento Regular

Realizar un seguimiento durante el primer año de vida del perro para evaluar el estado de sus articulaciones.

Dieta Equilibrada

Administrar una dieta moderada en energía para evitar el sobrepeso.

Ejercicio Controlado

Garantizar una rutina de ejercicio suave y controlado para reforzar la musculatura sin sobrecargar las articulaciones.

Uso de Condroprotectores

Condroitín sulfato y otros condroprotectores ayudan a mantener la funcionalidad y movilidad del cartílago articular.

Terapia Nutricional del Cartílago

Vitaminas antioxidantes y aminoácidos específicos pueden ayudar a preservar y regenerar el cartílago.

Antiiflamatorios

Los corticoesteroides y AINEs pueden aliviar el dolor, aunque su uso prolongado debe ser supervisado por un veterinario debido a posibles efectos secundarios.

Control de Peso

Reducir el peso del perro para minimizar el esfuerzo sobre las caderas.

Terapia Física

Ejercicios controlados pueden ser beneficiosos, aumentando gradualmente la intensidad bajo la supervisión de un veterinario.

Gracias a estos tratamientos, muchos perros con displasia de cadera pueden llevar vidas normales. Sin embargo, cada perro es único y puede responder de manera diferente a los tratamientos. En algunos casos, la cirugía puede ser la mejor opción.

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